sábado, 26 de noviembre de 2016

Un poquito de decencia, por favor

Nosolomérida
Rajoy, Barberá, Maroto y Casado
En pocos días hemos constatado hasta qué punto la hipocresía campa por sus anchas en las tierras de España.


De una parte, el Partido Nacionalista Vasco y el Partido Socialista de Euskadi han firmado un pacto para la formación de Gobierno en el País Vasco que recoge un debate abierto sobre el derecho a decidir. Pacto, que para Guillermo Fernández Vara, Secretario General de PSOE de Extremadura, es “necesario” y envía un “mensaje muy potente” al resto de España, y para el portavoz de la gestora del PSOE, Mario Jiménez, es una "buena fórmula y buena noticia para Euskadi y para España". Pacto, que para Ximo Puig, Secretario General del PSOE de la Comunidad Valenciana, “parece bien por aquello de gobiernos estables y con mirada progresista", y que Susana Díaz, Secretaria General del PSOE de Andalucía, lo ve "razonable" porque "acepta las reglas de la Constitución y porque representa el “nacionalismo moderado”.

Todo ello, teniendo tan cercano lo que José Antonio Pérez Tapias, ex portavoz de la corriente Izquierda Socialista del PSOE, recordaba recientemente: “En el Comité Federal del 28 de diciembre de 2015 se insistió en algunos puntos con mucho énfasis. Entre ellos que no habría pacto con el PP, ni tampoco pacto o negociación con fuerzas independentistas". Todo ello, teniendo tan cerca que Pedro Sánchez podría haber sido presidente del Gobierno de no haberle negado entonces lo que los mandamases del PSOE ahora validan.

De otra, recordamos las palabras del ex ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, sobre Rita Barberá: “Si no toma una decisión adecuada hoy, la tendrá que tomar la dirección del partido. Esto es lo que esperamos desde aquí nos estamos jugando mucho, y creo que tampoco nos merecemos ir con este perjuicio a cuestas”, y las de Javier Maroto, vicesecretario del Partido Popular, que dijo: “Es evidente que no renuncia al escaño para conservar el aforamiento y esa decisión no cumple los requisitos de dignidad y ejemplaridad que deben regir la política, un servicio público”. Así como, las del vicesecretario popular, Pablo Casado: “Se equivoca, así sólo está prolongando su calvario. En política hay que saber si se suma o se resta".

Todo ello, mientras resuenan las palabras José María Corbín, cuñado de Barberá, que asegura: “Ha muerto de pena, y, en esa pena, la fundamental aportación la han tenido los suyos”, y las de Íñigo Méndez de Vigo, portavoz del Gobierno y ministro de Educación, que admitía: “Algunos, yo entre ellos, pueden reprocharse no haber llamado más a Barberá para que hubiera sentido el calor de no sentirse sola”. Así como, las del presidente Mariano Rajoy: "Vengo aquí como presidente del PP y amigo de Rita.

Unos llevan la unidad de España como bandera y aceptan el derecho a decidir sin inmutarse. Mientras Rafael Hernando, portavoz del PP, señala hienas mediáticas y partidarias que mordían a Barberá.

Para ellos, “¿Tú verdad? No, la verdad; y ven conmigo a buscarla. La tuya guárdatela” (Antonio Machado). Apesta tanta hipocresía, que un poquito de decencia, por favor.