Poner fin al paseíllo

Nosolomérida

Manzano,Monago, Carrón y Parejo

Arranca el paseíllo con la foto de José Antonio Monago celebrando el resultado de las elecciones autonómicas de 22 de mayo de 2011. Un Monago eufórico, superior, elevado por el hombro de Juan Parejo y empujado hacia arriba por Hernández Carrón, dispuesto para ser sacado a hombros por las plazas de los pueblos de Extremadura.Para tal fin, el equipo Redondo y mensaje transversal sobre “creer en las personas más que en los partidos y más en las ideas que en las ideologías”.
 

Durante cuatro años el equipo se ha empleado a fondo. Si faltaba colorido, una mano de pintura o cambiaban el mobiliario. Si déficit musical, contrataban tres palmeros. Y cada día, como un martillo pilón, el recadito televisivo de “así son las cosas y así se las hemos contado”.

Terminada la legislatura, constatamos la cruda realidad. Extremadura 2015 tiene menos población absoluta, menos población activa y más parados (de 114.800 a 151.700) que cuando Monago inició el paseíllo a mediados de 2011.

Pasemos del incalificable “los viajes a Canarias me los pago yo”, del infausto “2 Sures”, del estrambótico rapPP, del singular “Monago 68” y del helicóptero es mío. Pasemos también de esa placa que le puso al Caudillo por su decreto 23f2012. Pasemos, porque la realidad poblacional y de desempleo debe acabar con cualquier devaneo nuestro.

No es tiempo de ficción para quienes aspiran a dirigir la maltrecha economía extremeña, que heredarán el 25M. Poner fin al paseíllo, es cosa del pueblo extremeño.

Poner fin al paseíllo

Extremadura Progresista

El paseíllo de Monago a hombros de Juan Parejo

Arranca el paseíllo con la foto de José Antonio Monago celebrando el resultado de las elecciones autonómicas de 22 de mayo de 2011. Un Monago eufórico, superior, elevado por el hombro de Juan Parejo y empujado hacia arriba por Hernández Carrón, dispuesto para ser sacado a hombros por las plazas de los pueblos de Extremadura. Para tal fin, el equipo Redondo y mensaje transversal sobre “creer en las personas más que en los partidos y más en las ideas que en las ideologías”.

Durante cuatro años el equipo se ha empleado a fondo. Si faltaba colorido, una mano de pintura o cambiaban el mobiliario. Si déficit musical, contrataban tres palmeros. Y cada día, como un martillo pilón, el recadito televisivo de “así son las cosas y así se las hemos contado”.

Terminada la legislatura, constatamos la cruda realidad. Extremadura 2015 tiene menos población absoluta, menos población activa y más parados (de 114.800 a 151.700) que cuando Monago inició el paseíllo a mediados de 2011.

Pasemos del incalificable “los viajes a Canarias me los pago yo”, del infausto “2 Sures”, del estrambótico rapPP, del singular “Monago 68” y del helicóptero es mío. Pasemos también de esa placa que le puso al Caudillo por su decreto 23f2012. Pasemos, porque la realidad poblacional y de desempleo debe acabar con cualquier devaneo nuestro. 

No es tiempo de ficción para quienes aspiran a dirigir la maltrecha economía extremeña, que heredarán el 25M. Poner fin al paseíllo, es cosa del pueblo extremeño.

Rajoy:¡los nombres de los 704, o más!

Santamaría, Rato, Montoro, Rajoy y Cospedal

Nosolomérida
El gobierno de Mariano Rajoy ha quedado claro que no va a hacer públicos los nombres de los 704 contribuyentes investigados por blanqueo de dinero. El ministro Cristóbal Montoro manifiesta que desconoce quiénes son esos 704. ¿Recuerdan cómo señalaba con claridad a Juan Carlos Monedero? Son las cosas de Montoro, de su débil memoria.
 

El papelón de los dirigentes populares situando el “caso Rodrigo Rato” en la esfera de asunto particular es de traca. ¡Vamos que el exministro de Economía del gobierno de José María Aznar no tiene mucho que ver con el Partido Popular! Bien parece que de forma fulminante ya no es para ellos el mejor ministro de Economía de la democracia. ¿Y qué decir de su cargo de director gerente del Fondo Monetario Internacional, y posterior de presidente de Bankia? ¿Nada con el PP? A este paso la condesa Esperanza Aguirre nos dirá, con su habitual desparpajo, que Rato fue propuesto para tales negociados por la asociación de vecinos de su barrio.

Los ciudadanos de los pueblos de las tierras de España gritaban ¿quién ha sido?, tras el atentado del 11 de marzo de 2004. Le pedían al gobierno de Aznar que dijera la verdad. La verdad se abrió camino y puso a cada uno en su sitio.

Once años después el gobierno de Rajoy procura que desconozcamos (al menos hasta que pasen las elecciones del 24 de mayo) los nombres de los 704, o más, de abolengo y tronío del sistema, o del PP, que también blanquearon dinero de origen sospechoso, y presenta a Rato como único culpable de golferías que nacen bajo la “bonanza económica” del gobierno de Aznar.

No soportamos más impunidad once años después. ¡Queremos saber la verdad! No cejaremos en el empeño hasta conocerla. Seguramente se abrirá camino y pondrá a cada uno en su sitio. También lo hará con quien dijo “yo me pago mis viajes”. A tiempo. Porque tales son esconderla o disfrazarla.

Rajoy: ¡los nombres de los 704, o más!

Extremadura Progresista 

Rato, Rajoy, Aznar y De Guindos

El gobierno de Mariano Rajoy ha quedado claro que no va a hacer públicos los nombres de los 704 contribuyentes investigados por blanqueo de dinero. El ministro Cristóbal Montoro manifiesta que desconoce quiénes son esos 704. ¿Recuerdan cómo señalaba con claridad a Juan Carlos Monedero? Son las cosas de Montoro, de su débil memoria.

El papelón de los dirigentes populares situando el “caso Rodrigo Rato” en la esfera de asunto particular es de traca. ¡Vamos que el exministro de Economía del gobierno de José María Aznar no tiene mucho que ver con el Partido Popular! Bien parece que de forma fulminante ya no es para ellos el mejor ministro de Economía de la democracia. ¿Y qué decir de su cargo de director gerente del Fondo Monetario Internacional, y posterior de presidente de Bankia? ¿Nada con el PP? A este paso la condesa Esperanza Aguirre nos dirá, con su habitual desparpajo, que Rato fue propuesto para tales negociados por la asociación de vecinos de su barrio.

Los ciudadanos de los pueblos de las tierras de España gritaban ¿quién ha sido?, tras el atentado del 11 de marzo de 2004. Le pedían al gobierno de Aznar que dijera la verdad. La verdad se abrió camino y puso a cada uno en su sitio.

Once años después el gobierno de Rajoy procura que desconozcamos (al menos hasta que pasen las elecciones del 24 de mayo) los nombres de los 704, o más, de abolengo y tronío del sistema, o del PP, que también blanquearon dinero de origen sospechoso, y presenta a Rato como único culpable de golferías que nacen bajo la “bonanza económica” del gobierno de Aznar.

No soportamos más impunidad once años después. ¡Queremos saber la verdad! No cejaremos en el empeño hasta conocerla. Seguramente se abrirá camino y pondrá a cada uno en su sitio. También lo hará con quien dijo “yo me pago mis viajes”. A tiempo. Porque tales son esconderla o disfrazarla.