Las verdades del criminal régimen franquista están recogidas en los dos autos de Garzón; colgadas en internet, ya nadie podrá impedir su conocimiento. Tampoco habrá olvido, pasar página, sobre la base de una ley de amnistía preconstitucional, de punto final, porque los crímenes cometidos son imprescriptibles. Y más pronto que tarde, a pesar de la inhibición del juez, la ley de los hombres, la de la dignidad, se impondrá por la fuerza de la razón.
Las órdenes de exterminio, de incitación a la violación, de matar como a un perro no quedarán impunes, porque el holocausto español forma parte de la memoria colectiva del pueblo decente y, una vez que el duelo se ha abierto camino, la decencia obligará a asumir la verdadera dimensión del plan sistemático, preconcebido, elaborado y puesto en marcha por los conspiradores nada más iniciarse la rebelión, resumido en “vencer y matar”.
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