El 27 de mayo de 2007 fue elegido alcalde de Guadiana del Caudillo el popular Antonio Pozo Pitel; cuatro días después la Asociación de la Memoria Histórica presentaba en el Ateneo de Badajoz el libro “La amargura de la memoria”;
obra realizada para ayudar a dignificar a víctimas de la guerra civil y
represión franquista. El 23 de octubre y 3 de noviembre de 2007 era denunciada la simbología franquista sita en la fachada del Ayuntamiento a la vez que se pedía la retirada de la misma y del topónimo “del Caudillo”
El Boletín Oficial del Estado de 27 de diciembre de 2007 publicaba la Ley 52/2007 conocida como de la Memoria Histórica, cuyo objeto es: “Reconocer
y ampliar derechos a favor de quienes padecieron persecución o
violencia, por razones políticas, ideológicas, o de creencia religiosa,
durante la Guerra Civil y la Dictadura, promover su reparación moral y
la recuperación de su memoria personal y familiar, y adoptar medidas
complementarias destinadas a suprimir elementos de división entre los
ciudadanos, todo ello con el fin de fomentar la cohesión y solidaridad
entre las diversas generaciones de españoles en torno a los principios,
valores y libertades constitucionales” (artículo 1); y que sobre símbolos y monumentos públicos señala en su artículo 15.1: “Las
Administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán
las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y
otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o
colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la
represión de la Dictadura. Entre estas medidas podrá incluirse la
retirada de subvenciones o ayudas públicas”.
Damos por cierto que este alcalde tuvo conocimiento de la referida Ley; no obstante, una denuncia del 22 de enero de 2008 le recordaba la obligación de aplicar la citada Ley; también se le hacía llegar al presidente del partido popular, José Antonio Monago, el 15 de octubre de 2008.
Guadiana del Caudillo será municipio independiente de la ciudad de Badajoz era noticia el 3 de diciembre de 2008; dos días después ya pedían el cambio de denominación para el nuevo pueblo: Guadiana sin Caudillo
El 6 de febrero de 2009 la noticia era que Guadiana del Caudillo será independiente en Navidad, y recogía que “Pozo
no se plantea retirar la coletilla del nombre del municipio. Aunque
garantiza que realizaría un referéndum en caso de que se produzca algún
problema. Guadiana, aunque independiente, seguirá siendo “del Caudillo”. Cuatro días después leíamos: “La corporación municipal despeja el camino para la independencia de Guadiana del Caudillo “, en la que al alcalde decía: “Nunca se ha planteado un problema o polémica sobre el nombre”. Continuaba ajeno a la obligación de cumplir la Ley de la Memoria Histórica (ignoraba que ya en noviembre de 2007 los vecinos discrepaban sobre la modificación del nombre del pueblo).
El
día 13 de marzo de 2009 la prensa ponía en conocimiento del profesor
Julián Chaves, miembro de la comisión de expertos para valorar los
supuestos determinantes de la excepcionalidad en la retirada de
símbolos, la existencia de simbología franquista en Guadiana del Caudillo. Nuevamente el 16 de julio de 2009 le era recordado al alcalde la obligación de cumplir la Ley
En enero de 2010 en “Leyes para colonos” y ”Aquellas leyes sobre los colonos del Plan Badajoz" se recogían semblanzas sobre la vida de los colonos de Guadiana del Caudillo durante la Dictadura.
El 24 de marzo de 2010 se denuncia una senda que ha iniciado el alcalde hace meses: la de rotular con “del Caudillo” a los edificios públicos: biblioteca, cementerio, centro de día, centro de transportes, etc., y esta vez lo hacía con la Plaza de los donantes de Sangre ; de nuevo, en abril es publicada la denuncia sobre mantenimiento de simbología franquista , así como de ampliación de de la misma en
dicha localidad, hecho que Monago debía conocer porque hacía escasos
meses que había visitado el pueblo para inaugurar al sede de PP Guadiana del Caudillo
Guadiana seguirá siendo del Caudillo, pero independiente de Badajoz aseguraba el alcalde el 30
de abril de 2010, porque, según él, la Ley de la Memoria Histórica no
hace referencias a los topónimos. Sobre la base de esta certeza se
apoyaba para rotular edificios públicos y plaza con “del Caudillo”.
Certeza basada, cuanto menos, en la ignorancia; basta leer el artículo 1
de la Ley: “(…) suprimir
elementos de división entre los ciudadanos, todo ello con el fin de
fomentar la cohesión y solidaridad entre las diversas generaciones de
españoles en torno a los principios, valores y libertades
constitucionales” Otra cosa es, que “ser alcalde de todos” no sea un principio que comparte.
La amplificación de las denominaciones con “del Caudillo” que el alcalde realizaba fueron nuevamente denunciadas en febrero de 2011, esta vez con una llamada para que Monago actuara. El 11 de marzo de 2011 el alcalde declaraba: ”La normativa nacional no obliga a cambiar el nombre del pueblo” porque el punto 1 del artículo 15 de la llamada Ley de Memoria Histórica no hace referencia a la denominación de los municipios sino que solo menciona la retirada de "escudos, insignias y placa”. Sabía que incumplía la Ley al mantener símbolos franquistas en la fachada de su propio Ayuntamiento, pero le daba igual.
Recientemente, 12 de marzo, hemos sabido que Gévora pierde el apellido del Caudillo. La
concejala de Cultura de Badajoz, Consuelo Rodríguez Píriz, señaló que
el cambio de denominación se hace en cumplimiento de la Ley de Memoria
Histórica, que se trata de “un trámite formal”; también aclaró que sobre
símbolos anticonstitucionales en Badajoz: “la ley está cumplida”. Por su parte, “el alcalde de la vecina localidad de Guadiana del Caudillo, Antonio Pozo, dejaba claro que el topónimo se queda”.
Pocos
días después el alcalde Antonio Pozo dice que desde el lunes 21 de
marzo, estará a las puertas de la Presidencia de la Junta para que el
Consejo de Gobierno del próximo 25 autorice la segregación del nuevo pueblo con la denominación de Guadiana del Caudillo, a la vez que califica de “atropello político la paralización de la segregación y que Guadiana mantendrá del Caudillo aún a costa de perder la segregación ; por su parte, el alcalde de Badajoz, Miguel Celdrán, dice que no sabe por qué la segregación de Guadiana del pende del apellido , y lo
dice a pesar de tener cerca las razones que dio la concejala popular de
cultura de Badajoz, Píriz, sobre la pérdida del apellido “del Caudillo”
de Gévora (poblado dependiente de Badajoz). Bien es verdad que no hace
mucho dijo que la Asamblea de Extremadura se bastaba con 21
parlamentarios en lugar de 65 porque para lo que hacen allí. El secretario general del partido popular de Extremadura, Fernando Manzano,insta a la Junta a que se salte la Ley , y Monago manifiesta que los guadianeros decidan en referendum sobre el apellido “del Caudillo”, sabiendo que una propuesta así puede acabar en otra del estilo: Guadiana del terror como denuncia este sábado un ciudadano de Badajoz.
La Junta dice que no será independiente mientras se denomine “del Caudillo”; el alcalde mantiene la denominación, y al final el Gobierno regional rechaza la segregación de Badajoz hasta que el municipio elimine de su nombre la referencia franquista
El editorial “A vueltas con el Caudillo” denuncia lo preocupante que es que un alcalde no conozca la Ley, y que el PP lo apoye, y el artículo ”La localidad de Guadiana y un alcalde “del Caudillo” señala la necesidad de incorporar nueva gente, ajena a la triste imagen de antes del Caudillo que independiente. Nueva gente que no condicione el devenir del pueblo por la obsesión de exaltar al dictador.
El jueves 24 de marzo, se celebró el Día
Internacional del Derecho a la Verdad en relación con Violaciones
Graves de los Derechos Humanos y de la Dignidad de las Víctimas,
y justo al día siguiente se produjo la acertada decisión de la Junta de
no admitir la denominación de Guadiana del Caudillo para el nuevo
municipio sobre la base de la aplicación de la Ley de la Memoria
Histórica; pero dicho rechazo significa más que eso, se trata de una decente decisión política: en primer lugar porque el pueblo de Guadiana nada le debe al dictador, y además porque dignifica al conjunto de las víctimas.
En
resumen, el alcalde desde el inicio de su legislatura ha ido dando los
pasos para alcanzar la independencia; ninguno dio para retirar la
simbología franquista del pueblo, todo lo contrario fue ampliando la
denominación “del Caudillo”
donde podía. Actúa a sabiendas, cosa grave; peor es aún que desconozca
la Ley, siendo alcalde. Además, ha quedado constancia y evidencia de que
no es el alcalde de todos los guadianeros, y es para lo que fue elegido
en 2007.
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