Cuanto
más crece la desafección de los ciudadanos europeos a los políticos,
más se incrementa la representación de la derecha extrema y de la
extrema derecha. Tanto quienes se dedicaron a debilitar el papel de
Europa en la gobernanza mundial, participando en la ilegal guerra de
Irak, como quienes gobiernan, bien bajo criterios populistas y de
vodevil, bien bajo escándalos continuados de malversación de los fondos
públicos, son los que alimentan la desafección ciudadana. Aspiran a
quedarse solos, a ser y dar la única solución, que históricamente
siempre ha ido contra derechos de los trabajadores. Votar el domingo,
reduce sus aspiraciones y expectativas.
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