El
13 de septiembre de 1990 y con el Gobierno de Felipe González, el
Congreso de los Diputados ratificó la Ley Orgánica de Ordenación General
del Sistema Educativo (LOGSE) por 205 votos favorables, 89 contrarios
del PP y tres abstenciones.
La LOGSE recogía que el nivel de Educación Secundaria comprendería: a) La etapa de Educación Secundaria Obligatoria (ESO), que abarca cuatro cursos académicos, entre los doce y dieciséis años de edad; b) El bachillerato, con dos cursos académicos de duración a partir de los dieciséis años de edad. Las razones esgrimidas por los populares para no apoyar la LOGSE fueron que no recocía la gratuidad absoluta de las etapas de escolaridad no obligatoria y la reducción del bachillerato a sólo dos años.
La LOGSE recogía que el nivel de Educación Secundaria comprendería: a) La etapa de Educación Secundaria Obligatoria (ESO), que abarca cuatro cursos académicos, entre los doce y dieciséis años de edad; b) El bachillerato, con dos cursos académicos de duración a partir de los dieciséis años de edad. Las razones esgrimidas por los populares para no apoyar la LOGSE fueron que no recocía la gratuidad absoluta de las etapas de escolaridad no obligatoria y la reducción del bachillerato a sólo dos años.
El
24 de diciembre de 2002 y con el Gobierno de José María Aznar, el BOE
publicó la Ley Orgánica de Calidad Educativa (LOCE), en la que de nuevo
la etapa de ESO comprendía cuatro años académicos, entre los doce y los
dieciséis años, y el bachillerato dos cursos académicos.
El
4 de mayo de 2006 y con el Gobierno de José Luis R. Zapatero, el BOE
publica la Ley Orgánica de Educación (LOE). Otra vez la etapa de ESO
comprendía cuatro cursos, entre los doce y los dieciséis años de edad, y
el Bachillerato dos cursos.
EN ABRIL de 2009 el ministro Gabilondo propone un "gran pacto" por la Educación. A esta iniciativa respondió el PP el 18 de enero de 2010 con el documento Propuestas para un Pacto por la Reforma y Mejora de la Educación en España. Sobre la enseñanza Secundaria decía: "Organizar
en dos ciclos la Educación Secundaria: Educación Secundaria General (3
años de duración, de 12 a 15 años) y Educación Secundaria Superior (3
años de duración, de 15 a 18 años); esta última con dos vías,
Bachillerato y Formación Profesional".
El 22 de abril de 2010, el ministro Gabilondo presentó el documento Pacto Social y Político por la Educación,
entre cuyas propuestas se encontraba que el 4º curso de ESO tendría
carácter orientador y se organizaría en dos opciones: una orientada
hacia estudios generales (Bachillerato), y otra hacia estudios
profesionales (Ciclos formativos de formación profesional de Grado
Medio).
Días después, 6 de mayo, el PP hizo pública su posición con el documento Pacto sobre la Reforma del Modelo Educativo. En él remitían a las "Propuestas para un Pacto por la Reforma y Mejora de la Educación en España" a quienes quisieran conocer los enfoques, pilares y objetivos que consideraban imprescindibles. También decían que "En
el Pacto que propone el Gobierno no hay ni ambición ni vocación
reformadora. No sirve para resolver los graves problemas de la educación
en nuestro país. Tendremos desgraciadamente que esperar a mejor
ocasión".
Gabilondo
llevó objetivos del non nato Pacto Social y Político por la Educación
al BOE, y el 30 de julio de 2011 recogía el Real Decreto por el que
organiza 4º ESO, PCPI, Certificado Oficial Estudios Obligatorios, así
como otras modificaciones que básicamente entrarían en vigor en el curso
2012-2013.
En el programa electoral del PP para las elecciones del 20-N leíamos: "La
educación Secundaria tendrá una organización más flexible, que ofrezca
vías formativas de acuerdo con los intereses, motivaciones y progresos
de los alumnos. El Bachillerato constará de 3 cursos, el primero de los
cuales tendrá carácter de curso de iniciación".
Este compromiso fue reiterado por Mariano Rajoy el pasado 19 de
diciembre en su Discurso de Investidura. Quedaba la duda de si la
Secundaria General sería de tres años de duración (como defendieron en
enero 2010, desde la oposición) o de cuatro (como legislaron en 2002,
desde el Gobierno). Todo quedó claro el 26 de enero, cuando el ministro
Wert dijo que la reforma de la Secundaria pasa por aumentar un curso al
Bachillerato para quitárselo a la ESO, y que derogarán los itinerarios
de 4º de ESO de Gabilondo.
La
carga ideológica de las distintas leyes educativas que han desarrollado
el artículo 27 de la Constitución Española de 1978 ha estado siempre
presente en la comunidad educativa. De ahí que el anuncio de Rajoy de no
continuar con esta dinámica fuera recibido favorablemente. Sin embargo,
todo indica que la nueva reforma de la estructura del Sistema Educativo
tiene una carga ideológica profunda. Expertos en educación opinan que
sus resultados serán "Segregación
del alumnado y expulsión directa del sistema educativo de los
rezagados, y declararlos desiguales en derechos y capacidades para
consagrar las desigualdades sociales como diferencias personales".
A las voces de reforma insuficiente se
contraponen las que denuncian que con esta reforma el Estado dejará de
cumplir con su obligación de compensar las desigualdades individuales y
colectivas desde la escuela. Ponen encima de la mesa los recortes
educativos, y una mecánica legislativa diabólica tendente al cuanto peor mejor para convertir a la enseñanza pública en subsidiaria.
Mantener
los cuatro cursos de la ESO e incrementar uno del Bachillerato
supondría retrasar la llegada a la universidad a los 19 años, tal y como
ocurre en Finlandia, Italia, Suecia, Luxemburgo, etcétera. Pero no lo
harán porque la reforma persigue el objetivo, entre otros, de liberar al
Estado de obligaciones.
Presidente de ADECEX
Presidente de ADECEX
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