Los
dirigentes de la patronal CEOE han boicoteado el diálogo social.
Después de un año reclamando más beneficios, se muestran claros,
contundentes e insaciables. Su presidente, Díaz Ferrán, que hace poco
reclamó la intervención del Gobierno ante la crisis, ahora pide
capitalismo salvaje: despido gratis, privatizar el control sanitario de
las bajas, capitalización individual de pensiones, desequilibrio de la
caja de la Seguridad Social; todos por los aires, antes que sindicatos y
gobierno vencedores; y "Esperanza es cojonuda".
Los
dirigentes de los sindicatos presencian el incremento del deterioro de
las condiciones laborales de los trabajadores, fruto de la ola
conservadora que recorre toda Europa, mostrando actitud que laman
responsable. Nosotros, los trabajadores, vemos y constatamos el
resultado del buenismo sindical. No descubrimos nada nuevo al presentar
este conflicto como el de siempre: capital/ trabajo. Lo novedoso sería
dar cancha a los que quitan derechos conseguidos a través de muchos años
y de muchos compañeros de lucha. Peor aún, sestear con el pretexto de
que la conflictividad es la antesala, alfombra, para que vuelva la
derecha al Gobierno; cabría entonces la falsa conclusión de recomendar
el voto a la derecha para activar el sindicalismo de clase.
Mientras
las fuerzas de la derecha buscan y maniobran (no dejan de buscar y
maniobrar) para conformar otro escenario político donde poder alcanzar
lo no logrado en la mesa de diálogo social, el tiempo sindical de afilar
dientes debe dar paso al de morder. No estamos para volver al pasado;
tampoco para que sea el papá Estado quien venga a salvarnos.
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