“El hombre más sabio que he conocido en toda mi vida no sabía leer ni escribir”, es el inicio del discurso de aceptación del Premio Nobel de José Saramago. Se refiere a su abuelo materno Jerónimo Melrinho. Más adelante cuenta que “En
aquella edad mía y en aquel tiempo de todos nosotros, no será necesario
decir que yo imaginaba que mi abuelo Jerónimo era señor de toda la
ciencia del mundo”.
El
sábado pasado el presidente de la Generalidad Valenciana y candidato a
la reelección por el Partido Popular, Francisco Camps, también se
refirió a los abuelos, a los suyos y al abuelo paterno del presidente
del Gobierno (Juan Rodríguez Lozano). Lo hizo en los términos
siguientes: “A
mí mis abuelos me transmitieron ternura, cariño. La ternura y el cariño
que los abuelos transmiten forma parte esencial de la educación de
cualquier persona. El Gobierno de Rodríguez Zapatero comenzó con la historia de un abuelo
(del abuelo de Rodríguez Zapatero) que pareció no le transmitió la
ternura y el cariño que normalmente transmiten los abuelos a sus
nietos”.
Quienes
pudimos disfrutar largamente de los abuelos, recibimos toda suerte de
enseñanzas que ellos habían ido adquiriendo a lo largo de su vida. Nos
transmitían todo lo que tiene que ver con el sacrificio personal,
esfuerzo, respeto, etcétera, y venían a resumirlo en “que seas una persona decente, y nunca dejes de serlo”. Ahí se concentra el consejo que recibí de mis dos abuelos, que sirvieron en distintos frentes de la Guerra Civil.
Seguramente
los abuelos de Camps le transmitieron lo mismo, además de ternura y
cariño. Dudo que consideraran que otros abuelos no transmiten lo mismo a
sus nietos. En todo caso, que su nieto diga que el capitán Juan Rodríguez Lozano (fusilado
en las afueras de León el 18 de agosto de 1936 por los sublevados en la
Guerra Civil) no transmitió ternura y cariño a su nieto José Luís
Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno, que nació 24 años después
de su asesinato, es tal indecencia que supera con creces el sufrimiento
que padecerían de verlo en el banquillo de los acusados
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