El pasado 9 de abril en la manifestación organizada por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) bajo el lema: ”Por la derrota del terrorismo: ETA fuera de las elecciones”, los asistentes coreaban: “Zapatero, dimisión”, “Rubalcaba, a prisión”. Allí estaban líderes del PP:
De Cospedal, Gallardón, Mayor Oreja, Ana Mato, González Pons, Ana
Botella, Antonio Basagoiti, etc., y Federico Trillo bajo la pancarta “Gloria a las víctimas. ZP=ETA. Traidor. Inútil. Dimite ya". No estuvo Mariano Rajoy, pero llamó a la presidenta de la AVT (Ángeles Pedraza) para disculpar su ausencia. Pedraza dice que le contestó: “Aquí cada uno sabe dónde puede y debe estar”, y “quién se ha perdido esto hoy, se ha perdido mucho”. También se dirigió a Rubalcaba: "No aceptaremos otro partido mitad legal, mitad ilegal", y "todo partido que se preste a servir de vientre de alquiler de ETA sea ilegalizado, se llame EA o como sea".
Cuando
más cerca parece que está el fin de ETA, desarrollan una manifestación
donde piden que dimita Zapatero y encarcelen a Rubalcaba. Dichas
solicitudes están dirigidas contra el presidente del Gobierno y el
ministro del Interior, que son los mayores responsables políticos de la extremad debilidad actual de la organización terrorista. "Hoy el Gobierno ha dejado solas a las víctimas", dijo el
vicesecretario general de Comunicación del PP, Esteban González Pons,
sabiendo que la eficacia contra el terrorismo impide víctimas futuras y
da aliento y consuelo a las demás. Bien parece que la contradicción de
los conservadores es clara.
Tenemos
sobradas muestras de cómo el interés partidario no coincide siempre con
el interés general; también tenemos muestras de estar juntos derecha y
extrema derecha, pero no revueltos. Sin embargo, otras veces queda claro
que por derrotar al Gobierno prima el interés partidario al general y
aparecen juntas y revueltas sendas derechas. La táctica de juntos y revueltos puede aportarles un puñado de votos, pero perjudica a España que engorden a esa parte.
Días después de la manifestación de AVT, el etarra Antonio Troitiño quedó en libertad porque le fue aplicada la doctrina del doble computo de las penas (Tribunal Constitucional, 2008); según la doctrina Parot (Tribunal
Supremo, febrero 2006) habría continuado en la cárcel hasta enero 2017.
Con el objeto, entre otros, de endurecer las penas por delito de
terrorismo fue aprobada la reforma del Código Penal el 29 de abril de
2010 en el Congreso; léase: el artículo 58.1 fue modificado, de modo que
el tiempo pasado en prisión preventiva solo sea abonado únicamente en
la pena efectiva que se aplique por esa causa y no en otras que tenga el
reo.
Al día siguiente de la excarcelación de Troitiño, la secretaria general del partido popular, María Dolores de Cospedal dijo: “la
foto de la infamia del etarra Antonio Troitiño brindando con champán en
el balcón de su casa es la misma que la que presenta todos los días el
señor Rubalcaba cuando se esconde y no quiere responder sobre el
chivatazo del caso Faisán".
A
la gravedad de lo que coreaban en la manifestación se une la indecencia
de comparar al ministro del Interior Rubalcaba con el terrorista
Troitiño. Dicha barbaridad supera al argumentario de los populares
que culpa al Gobierno de la libertad del etarra, como si no
estuviéramos en un estado de derecho. No llegamos a comprender que
intereses persiguen quienes pretenden forzar confrontación en la
política antiterrorista. Sí tenemos la certeza de que los réditos
electorales para quienes ponen tanto empeño en que se produzca tal
confrontación no se compadecen con los daños y perjuicios que a este
país le produciría. Puestos así, se entiende y comparte que por el bien de España, Rubalcaba se calla.
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