El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, ha asegurado que “en dos meses debería estar finiquitada la crisis financiera”, que a partir de ese momento, empezará un “futuro de confianza”, y que “espera que estas previsiones se cumplan”.
Ingrid Betancourt, en la entrega de los premios Príncipe de Asturias, advierte que: “Lo que se está cayendo es un mundo construido sobre la irresponsabilidad y el egoísmo”, y hace un llamamiento contra la resignación, “porque resignarse es morir un poco, es no hacer uso de la posibilidad de escoger, es aceptar el silencio”.
Corbacho
con la confianza y Betancourt en contra de la resignación parecen
expresar el deseo de que la pena sea sólo de dos meses.
Muchos hemos escuchado aquellos cuentos de nuestros mayores acerca de la importancia que tenía el añadido de “y un día”
a la pena aplicada por el delito cometido. Ese día puede no llegar
nunca, nos decían con cierta carga dramática. De eso se trata, que la
cordura y responsabilidad de los dirigentes políticos mundiales se abra
camino para que la crisis dure dos meses, la resolución de la misma no
sea violenta y cierren el paso a dos meses y un día.
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