domingo, 26 de abril de 2009

La huelga de hambre.

Extremadura al día
Alfonso Gallardo y Juan Carlos Rguez Ibarra
Sobre la validez de la herramienta de la huelga de hambre para alcanzar el objetivo propuesto, tenemos dos ejemplos distantes en el tiempo.

Uno: El 13 de Enero de 1948, Mahtama Gandhi, comenzó una huelga de hambre con el propósito de detener el derramamiento de sangre entre India y Pakistán. Tras 5 días, los líderes de ambas facciones se comprometieron a detener la lucha y Gandhi abandonó la huelga.

Otro: El 9 de abril de 2009, el presidente de Bolivia, Evo Morales, inició una huelga de hambre para exigir al Congreso que aprobara la Ley Electoral que regulará las elecciones generales del 6 de diciembre de 2009. Tras cincos día, el Congreso aprobó la Ley Transitoria de Régimen Electoral y Morales abandonó la huelga.

El día 25 de abril, el ex presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, propuso en serio que se hiciera una huelga de hambre en las dependencias del Ministerio de Medio Ambiente en Madrid, y no salir de allí hasta que conceda la autorización correspondiente al proyecto de Refinería Balboa, que lleva ya seis años en trámites administrativos. Pidió que protagonizaran el encierro los secretarios generales de CCOO y UGT de Extremadura. Al día de hoy no sabemos si aceptarán el órdago, o considerarán que es una pataleta del ex presidente, en cuyo caso ya sabe la respuesta ¿una huelga de hambre para qué?

Ibarra sabe de la efectividad política de la huelga de hambre, y lejos de situarse en el terrero de la ocurrencia señala un camino de lucha eficaz, que bien podría servir de guía para quienes consideran lesionados los derechos, sean propios y/o colectivos. Otra cosa es, que se comparta el objetivo que pretende alcanzar.

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