Nosolomérida
Zapatero, Dívar y el Rey |
Ninguno de los 46 presidentes que ha tenido el Alto Tribunal alcanzó la notoriedad del actual, José Carlos Dívar Blanco. La popularidad no le viene por ser uno de los seis que además fueron presidentes del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ: órgano de gobierno del Poder Judicial creado en 1980 para velar por la garantía de la independencia de los jueces y magistrados frente a los demás poderes del Estado).
Tampoco porque durante su presidencia se produjo la suspensión cautelar de Baltasar Garzón como juez de la Audiencia Nacional (acordada por el CGPJ el 14 de mayo de 2010, después de que el magistrado instructor del TS, Luciano Varela acordara la apertura de juicio oral contra Garzón por presunta prevaricación por la decisión de declararse competente para investigar los crímenes de la represión franquista desde su juzgado de la Audiencia Nacional).
Su fama le llegó el reciente 7 de mayo, cuando Dívar fue denunciado por José Manuel Gómez Benítez, vocal del CGPJ, por presunta malversación de fondos públicos por los 20 viajes a Marbella. Poco después El PAÍS publica un informe detallado de dichos viajes “pagados por el CGPJ de estancias de cuatro días en Marbella con viaje, alojamiento y manutención incluidos, para acudir a actos públicos de unas horas que, a veces, se celebraban en una provincia distinta y, en algunos casos, a 200 kilómetros de distancia". Posteriormente suman 12 viajes más, pero el pleno de la Sala Penal del TS acuerda por 11 votos a 4 no admitir a trámite la querella de la asociación Preeminencia del Derecho contra Dívar al no apreciar los delitos de estafa, apropiación indebida ni malversación de caudales en los gastos de 32 viajes a Marbella y a otros destinos cargados al presupuesto del CGPJ (Entonces nos enteramos que los vocales del Poder Judicial se habían autoexonerado de justificar los gastos).
Este sábado, horas antes del pleno del CGPJ, cuatro vocales pidieron la dimisión de Dívar porque “los hechos son incompatibles con los principios de transparencia y austeridad”. Luego eran los 20 del pleno quienes por unanimidad le comunicaban que había perdido su confianza. También le dijeron que no votarían su dimisión a cambio de que renunciara la semana próxima. Todo indica que lo aceptó y dimitirá el próximo jueves, una vez celebrado el acto del bicentenario del TS que presidiría el Rey. Sin embargo, D. Juan Carlos viajará a Arabia Saudí para expresar sus condolencias a la Familia Real por el fallecimiento del Príncipe Heredero, Nayef ben Abdel-Aziz; será el Principe Felipe quién lo presidirá y estará acompañado del ministro Gallardón.
Desgraciadamente para nuestra democracia ya circulaban chistes y chascarrillos acerca de la previsible foto del Rey junto a Dívar en el Bicentenario, pero no la habrá. Lo cierto es que la cacería de Botsuana está instalada en la memoria colectiva, y lo de Dívar es llover sobre mojado. La desafección política de la ciudadanía alcanza a las altas instituciones del Estado (Corona, Tribunal Supremo, Gobierno de España, etcétera) a niveles insospechados. Al menos el cuarto poder nos muestra la desnudez de quienes nos gobiernan. Y lo que vemos no gusta. Además, para vergüenza tanto de los vocales del CGPJ como de la ciudadanía, Dívar será presidente hasta el jueves.
¡Vaya vodevil!, a Francisco Correa (el presunto cabecilla de la trama Gürtel que salió el pasado lunes de la prisión tras depositar su abogado la fianza de 200.000 euros) nadie en Sotogrande lo quiere de vecino, y a Dívar el Rey lo deja plantado a cuenta del obligado pésame. Pues eso, que hay que abrir las ventanas de par en par porque no se aguanta tanto hedor.
Abran las ventanas y que corra el aire. Aunque los malos olores nunca tienden a desaparecer.
ResponderEliminarUn saludo bloguero.