El pasado 25 de abril este diario recogía la opinión: “Las
propuestas centradas en todos, solidarias y de afirmación de lo
colectivo, vendrían a ser la alternativa a las propuestas centradas en
ti. Las primeras emanarían de la ciudadanía a modo de reacción
continuada contra los responsables de la crisis, y en defensa del estado
de bienestar y de la democracia; las segundas, desde el conocido
paternalismo, pretenden que continúe el estado de letargo e indiferencia
de los ciudadanos para evitar tener que hacer alguna concesión”.
El
movimiento 15M ha cogido con el paso cambiado a todos los partidos
políticos, también a sus asesores. Unos partidos pretenden criminalizar
al colectivo, emplear la disuasoria porra y echar balones fueras sobre
su responsabilidad en la crisis política (la reducen a un problema de
empleo o de cambio de Gobierno), son los paternalistas. Otros en cambio,
se muestran dispuestos a escuchar e incluso hacer alguna concesión.
La
necesidad de la reforma de la ley electoral, la urgencia de establecer
listas abiertas y que los políticos imputados por corrupción no puedan
presentarse a las elecciones, fueron los temas del primer punto de la
asamblea en Puerta del Sol del pasado jueves. Es decir, igualdad,
justicia, honestidad; democracia que no es poco. Eso sí, más que la del
rito de votar y callar, que llaman representativa o delegada.
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