Cañas, el juez Ruz y el recibí |
Mucha, mucha basura; sí, tanta que bloquea calles de Madrid. Es la resultante obvia de no limpiarlas durante días. La huelga era la única salida que quedaba a los trabajadores que llevan a cabo la limpieza de las calles de Madrid. Es fruto y consecuencia de la política de la alcaldesa Ana Botella, de las imposiciones de rebajas en el precio de servicio y pujas por abaratar los costes entre las empresas que aspiran a la obtención del mismo (y que anuncian cerca de 1.400 despidos y rebajas salariales del 43%, hasta quedarlos al nivel del salario mínimo interprofesional).
La periodista Lolanda Mármol y extrabajadora de Canal 9 reconocía el martes que dijo tantas mentiras en la Radio Televisión Valenciana (RTVV) que empezó a sentir vergüenza de trabajar ahí, en el cortijo particular del PP valenciano. Cuenta que les exigían grabar al presidente Eduardo Zaplana de su perfil bueno, y que cuando pasó a ser “innombrable” les prohibieron que apareciera en los planos y a no mencionarlo en los directos desde el Congreso, a pesar de ser el portavoz del PP. También dice que les dieron la orden de dejar de llamar Francesc a Camps, que le llamaran Francisco, coincidiendo con la época en que se postulaba como posible sucesor de Mariano Rajoy. Y que no emitieran pancartas explícitas contra Rajoy, ni contra el PP. Al día siguiente, Amalia Sebastián, y en nombre de los periodistas de Canal 9, pidió perdón por ocultar el accidente del metro en la estación Jesús de Valencia de 3 de julio de 2006 en el que murieron 43 personas y 47 resultaron heridas. “Canal 9 tuvo una actitud indigna para una televisión pública. La intención de los profesionales de esta casa siempre ha sido estar al lado de las víctimas del metro y del de mucho otros y contarles las cosas que pasan, todas las cosas que pasan, pero eso desde los despachos no siempre nos lo han dejado hacer. Las órdenes para silenciar aquellas voces, para no entrar en la investigación, para callar muchas cosas, salieron de un despacho, del despacho del Palau de la Generalitat, del mismo desde el que salió otra orden, la de retirarnos estos micrófonos y estas cámaras y no poder mantenerlos informados de lo que está pasando", fueron sus palabras. El siniestro fue silenciado para no empañar la visita del Papa Benedicto XVI que tuvo lugar días después.
Lolanda Mármol |
El mismo día que Sebastián pedía perdón, el gerente del PP de Castilla-La Mancha, José Ángel Cañas, declaraba en la Audiencia Nacional y ante el juez Pablo Ruz: que no había sido consciente de que podría traerle responsabilidades legales firmar de su puño y letra un recibí de 200.000 euros; que lo había hecho al dictado y obligado por orden de su superior Luis Bárcenas; que no recibió cantidad alguna (se trataba del dinero que supuestamente entregó en 2007 la empresa Sufi -filial de Sacyr- al PP para financiar la campaña para las elecciones autonómicas de ese año, encabezadas por María Dolores de Cospedal, y a cambio de la concesión del servicio de recogida de basuras de Toledo). "Firmé por miedo a perder el trabajo", aseguró Cañas.
Y el mismo día que Mármol relataba su vergüenza, la presión del PP obligó al Gobierno a rectifica sobre las becas Erasmus. Miles de alumnos que ya están en universidades de otros países europeos, con el curso ya empezado, se enteraron el fin de semana pasado de que el ministerio no les iba a dar esa ayuda con la que contaban. Eso sí, el ministro José Ignacio Wert aseguraba que la rectificación ha sido una “iniciativa de su departamento tras las conversaciones mantenidas con el presidente del Gobierno, la Vicepresidencia y el Ministerio de Hacienda”. Y es la misma semana en la que el Partido Popular en el Senado admitía una enmienda al Proyecto de Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa que garantiza el inmediato retorno de las ayudas (70 millones al año ) a los centros que perdieron la subvención pública por segregar. Supondrá el blindaje de los conciertos con la enseñanza segregada o diferenciada.
La alcaldesa Ana Botella ha recortado más 200 millones de euros los contratos para el mantenimiento urbano, pero esperaba que bastaría la acción permanente de descrédito a los sindicatos, a las huelgas y huelguistas para someter a los trabajadores del servicio público citado. Sin embargo, no a salarios basura, no a trabajo basura, no a política basura, está siendo la respuesta.
Los 200.000 euros que no aparecen y la obediencia debida que esgrime Cañas huelen tanto como la basura de Madrid. Las quitas y pones del Gobierno con los erasmus junto con los 70 millones del PP para la concertada segregada conforman esa gran basura-política que lo inunda todo.
Los relatos de periodistas de Canal 9 recogen de todo: circunloquios y eufemismos, composiciones y planos inimaginables, y silencios, muchos inaceptables silencios. Tanta complicidad con los amos del cortijo que cuesta entender que pudieran convivir entre ellos manteniendo su estatus de periodista. No justificamos vuestra pinza para evitar el hedor. Preferimos la lucha de los barrenderos que dan testimonio de “ni nos domaron, ni nos doblaron, ni no nos van a domesticar”. Necesitamos su ejemplo porque la basura se está convirtiendo en el alimento nacional que nos está envenenando a todos.
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