Olga María Henao y José Antonio Monago |
Justo
cuando iba a empezar en Cáceres la Convención Nacional del Partido
Popular para hablar de “Prácticas de buen gobierno en comunidades
autónomas” nos informan que José Antonio Monago voló 32 veces a Canarias
en año y medio, entre el 3 mayo de 2009 y 4 de noviembre de 2010, a
cuenta del Senado para ver a una novia. Ante los hechos presentados,
Monago afirmó que sabía que esto iba a pasar, pero nadie entendió que en
su rueda de prensa no esgrimiera documentos que certificaran las
labores de trabajo que dijo realizar en Canarias, y que el PP canario
desconocía. ¡Qué mejor defensa que la transparencia! No quedamos que
cuando las alcantarillas huelen hay que limpiarlas a fondo, y no
taparlas.
Aseguró que existe una campaña contra él y afirmó que iba a poner en
manos de la justicia todos los comentarios y calumnias para que
defiendan su honor y el de su familia. Posteriormente y en el inicio de
la convención, Fernando Manzano, secretario general del PP regional,
hizo alabanzas a Monago: procede de familia humilde, ayudó a su hermano
fontanero…, y anunció que Monago se presentará a la reelección para seguir siendo el presidente de los extremeños. Tras
esta frase final, el presidente de la Junta de Extremadura se puso a
llorar. Estaba asombrado por el anuncio, y emocionado ante tantas loas a
su persona.
Horas después nos enteramos que este lunes
presentará la dimisión el diputado popular y secretario general de
Teruel Carlos Muñoz Obón porque realizaba viajes privados a Canarias con
cargo al Congreso para visitar a la amiga de Monago. Ha sido la
presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudí la que le ha hecho dimitir.
Mientras tanto, a la doblemente imputada Sonia Castedo, alcaldesa de
Alicante por el PP, no se atreven a expulsarla. ¡Qué cosas más raras!,
¿verdad?
Ante asunto Monago, el PP de arriba calla; no
tiene tiempo para cambiar todo el alcantarillado. Pero Monago puede
utilizar el cartucho de “lo siento mucho. Me he equivocado, y no volverá
a ocurrir”. Según Juan Luis Cebrián“hace tiempo que las actitudes del
poder, sus movimientos tácticos y estratégicos, responden
fundamentalmente a sus intereses y ambiciones electorales a corto plazo,
y no a las preocupaciones de la gente”. Pues eso: loas, lloros, el buen
Monago.
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