Nosolomérida
Este
jueves en la Asamblea ha tenido lugar el primer acto para una Ley
Democrática Extremeña. Ha sido con el debate y votación de una
iniciativa política formulada por el Grupo Parlamentario Socialista. En
concreto: “Propuesta de Impulso ante el Pleno, instando a la Junta de
Extremadura a elaborar un proyecto de Ley de la Memoria Democrática
Extremeña, y a exigir al Gobierno de la nación que cumpla con lo
establecido en la Ley 52/2007, de 26 de diciembre, de la Memoria
Histórica en cuanto al reconocimiento y la ampliación de derechos y el
establecimiento de medidas a favor de quienes padecieron persecución o
violencia durante la guerra civil y la dictadura”. La propuesta ha
salido adelante con los votos favorables del grupo parlamentario
socialista, Podemos y Ciudadanos (37 de 65 diputados).
Ocho años hace que fue aprobada en el
Congreso de los Diputados la denominada Ley de Memoria Histórica (Ley
52/2007). Ocho años en los que ha brillado por ausencia el
incumplimiento de la misma. A la falta de dotación presupuestaria para
atender la búsqueda, localización, exhumación e inhumación de las
víctimas enterradas en cunetas, se une la desidia a la hora de conceder
permisos a los familiares que querían acceder a terrenos privados para
recuperar sus seres queridos y darle sepultura digna.
Entre derogar la Ley o incumplirla, el
gobierno de Mariano Rajoy optó por lo último, y él mismo no tuvo empacho
en reconocerlo públicamente el pasado mes de noviembre en el foro “La
España necesaria” organizado por el diario El Mundo. “Mi gobierno ha
dado cero euros a la Ley Memoria Histórica desde su llegada; el tema no
suscita gran debate social”, fue lo que dijo un satisfecho Rajoy. Si el
silencio administrativo ha sido cruel, las palabras del presidente Rajoy
son inaceptables en una democracia que se precie como tal.
Lamentable no es, señores del partido
popular, que estemos hablando de la memoria histórica 40 años después de
la muerte del dictador Franco, lo verdaderamente insultante es que
todavía no tengamos asumido que la dignidad de un país se mide por cómo
trata a sus muertos. Además, señores del partido popular, tenemos
presente la pervivencia de simbología franquista en nuestras calles,
plazas, iglesias, etc. Y, a la vez, el repudio general ocasionado por el
denominado “callejero etarra”. Nadie aprueba que las víctimas vivan en
calles, plazas, pueblos… con nombres de quién los mató. Todas las
víctimas deben ser consideradas y atendidas como de primera.
Verdad, justicia y reparación vienen
demandando desde hace años la Asociación para la Memoria Histórica de
Extremadura y personas particulares. Mucho hecho y mucho por hacer. Pero
se hace camino al andar…, y siempre presente: “Nunca te entregues ni te
apartes, junto al camino, nunca digas, no puedo más y aquí me quedo”.
¡Qué las distintas administraciones de
Extremadura dejen caer el peso de la Ley 52/2007 sobre aquellas
instituciones que la incumplen!, es una exigencia democrática que no
puede demorarse más. ¡Qué la futura Ley Democrática Extremeña garantice
el derecho de los extremeños a conocer la verdad de los hechos acaecidos
durante la guerra civil y la dictadura, y especialmente en las
escuelas!, objetivo y fin principal que deseamos.
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