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“Sabemos que el miedo a la democracia masiva siempre estuvo en una de
las orillas del largo río español. Y que el miedo a cambios políticos
reales fue inoculado con éxito al pueblo español durante más de 40 años.
Ahora lo alientan para solapar el segundo problema principal de los
españoles: la corrupción y el fraude”.En los cuatro últimos barómetros del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) vemos que a la pregunta “¿Cuál es, a su juicio, el principal problema que existe actualmente en España? ¿Y el segundo? ¿Y el tercero?”, las respuestas vienen certificando que el paro sigue en el puesto número 1, y siempre en torno a 70 sobre 100; la corrupción y el fraude en puesto número 2, y de 40/100 ha pasado en mayo al 54/100; los problemas de índole económica en lugar número 3, y de media el 22/100; los/as políticos/as en general, los partidos y la política en cuarto lugar, y del 23/100 ha bajado a 18/100; le siguen sanidad, los problemas de índoles social y educación, que obtienen sobre 10/100.
A partir de ahí las demás cuestiones, 37,
objeto del barómetro alcanzan puntuaciones bajas en cuanto a
preocupación principal de los españoles. Pero llama la atención las
respuestas recibidas a la pregunta sobre “Independencia de Cataluña”. En
febrero ocupaba al lugar 17 entre dichas preocupaciones, y puntuación
de 1,7 sobre 100; en marzo el puesto 21, y 0,9/100; en abril el 22, y
1,5/100; en mayo el 22, y 0,9/100.
Decimos que llama la atención tal lugar teniendo en
cuenta los esfuerzos que hacen tantos para que el independentismo sea
problema principal para los españoles. A pesar de las horas que le
dedican para que este asunto esté, al menos, entre los diez problemas
que más preocupan a los españoles, las respuestas que recogen los
últimos barómetros del CIS no cesan de escupir respuestas que no deben
ser las que esperaban y deseaban.
Las sucesivas
portadas de periódicos y sus editoriales, las aperturas televisivas y
tiempos dedicados, junto con los blogs, columnas y entraditas
radiofónicas diarias de los creadores de opinión no consiguen que su
opinión publicada sea opinión pública. El trio de expresidentes,
González, Aznar y Zapatero, intervienen en sesión conjunta sobre dicho
asunto para llevarnos al mismo puerto. Actores izquierdistas, entre la
disyuntiva: votación/referéndum, votación/movilización, deciden esta
última. Mientras tanto, de la reunión Pedro Sánchez y Mariano Rajoy nos
cuentan que no dedicaron tiempo a la economía, al paro, precariedad. Sí
para el problema 22, según último CIS.
Votar el 1 de
octubre en Cataluña, tan simple y tan complicado, a la vez. El miedo a
que voten, al resultado, nos recuerda al miedo del “poder” sobre los
blanqueros de Saramago en Ensayo sobre la lucidez.
Sabemos que el miedo a la democracia masiva siempre estuvo en una de las
orillas del largo río español. Y que el miedo a cambios políticos
reales fue inoculado con éxito al pueblo español durante más de 40 años.
Ahora lo alientan para solapar el segundo problema principal de los
españoles: la corrupción y el fraude.
Qué los árboles
no impidan ver el bosque. Que la corrupción y fraude no pase a ser
asunto de las hemerotecas. Qué el miedo cambie de bando, le canta a los
parados y precarios Ismael Serrano en Llamada.
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