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El 24 de febrero de 2016 Pedro Sánchez y Albert Rivera escenificaron en la Sala Constitucional del Congreso el "Pacto del Abrazo". Tenían 130 diputados entre los dos, 90 el PSOE y 40 Ciudadanos.
El 24 de febrero de 2016 Pedro Sánchez y Albert Rivera escenificaron en la Sala Constitucional del Congreso el "Pacto del Abrazo". Tenían 130 diputados entre los dos, 90 el PSOE y 40 Ciudadanos.
Sendos líderes decían que aspiraban a abrir una “segunda Transición” a través de un Gobierno “reformista y de progreso”, y que “había que hacer normal en las instituciones lo que es normal en la calle” (sic).
Por entonces y por ahora, Ciudadanos proponía abaratar el despido, no subir el salario mínimo, retrasar la edad de jubilación, bajar impuestos a los ricos, promoción de los vientres de alquiler, suprimir el agravante por violencia de género o vetar a migrantes de la sanidad pública.
No obstante los mandarines del PSOE muy ufanos defendían dicho pacto y que Rivera fuera Vicepresidente del gobierno en ciernes. Por entonces y por ahora rechazaban de plano cualquier acuerdo con Podemos, con Pablo Iglesias.
Son los mismos que ahora que PSOE y Podemos suman 165 diputados (35 más que PSOE + Ciudadanos en 2016) dicen lo mismo que entonces: "con Iglesias no".
Reiteramos la denuncia: son patéticas las llamadas desde ámbitos de la supuesta izquierda para ablandar a Ciudadanos, al Rivera de siempre.
A veces una imagen vale más que mil palabras para recoger el dramatismo de un país que no acaba de nacer porque lo viejo no acaba de morir.
Llegados a este punto, Pablo, "que cada palo aguante su vela’. "Hay que plantarse", como le dice Felipe a Pedro.
No obstante los mandarines del PSOE muy ufanos defendían dicho pacto y que Rivera fuera Vicepresidente del gobierno en ciernes. Por entonces y por ahora rechazaban de plano cualquier acuerdo con Podemos, con Pablo Iglesias.
Son los mismos que ahora que PSOE y Podemos suman 165 diputados (35 más que PSOE + Ciudadanos en 2016) dicen lo mismo que entonces: "con Iglesias no".
Reiteramos la denuncia: son patéticas las llamadas desde ámbitos de la supuesta izquierda para ablandar a Ciudadanos, al Rivera de siempre.
A veces una imagen vale más que mil palabras para recoger el dramatismo de un país que no acaba de nacer porque lo viejo no acaba de morir.
Llegados a este punto, Pablo, "que cada palo aguante su vela’. "Hay que plantarse", como le dice Felipe a Pedro.
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