Mienten y lo saben. Más aún, la mentira es su única verdad.
Resulta curioso que en 2016 llamaran “fuerzas del cambio” y “socio preferente” a Ciudadanos, que ahora les llama “la banda” y ladrones desde la tribuna del Congreso y allende micros haya (denuncian reparto del “botín”, como si se tratara de un robo).
Y sorprende que para resaltar que es la segunda vez que Unidas Podemos le niega el apoyo al PSOE, validen a ese socio preferente de 2016. ¿Qué muestras más precisan para situar a Ciudadanos en la categoría de agentes de la involución?
En fin, escuchamos en “Salvados” un amplio resumen de la trastienda de aquel Pacto del Abrazo, y asistimos al acuerdo de Ciudadanos con el Partido Popular para que Mariano Rajoy siguiera de presidente del Gobierno de España. Luego, Unidas Podemos les hizo un gran favor al votar no en aquella investidura.
Por otra parte, hacer leña del árbol presuntamente caído entra en la categoría de lo miserable. ¿Qué iluminado es autor intelectual de tal villanía? ¡Qué falta de respeto a millones de votantes! Como si las ansias y necesidad de cambio real estuvieran solamente en una persona, encerrada en un frasco. No hay vuelta atrás, olvídense de partido hegemónico.
Los votantes, y los inscritos de Podemos por partida doble, eligieron el 28A gobierno de progreso pero la realidad nos muestra la incapacidad para formar tal gobierno (también es curioso ver a quienes nunca situaron al PSOE en la izquierda con cuanto ardor ahora lo ubican en tal orilla).
Todo indica que los gurús de la estrategia “encuesta va” nos llevan al 10N. Entre gobernar con concesiones a la derecha o que esta gobierne, anda un debate.
Pero hay otro paralelo: el de la decencia, el del respeto, el de la palabra dada. Ese debate se sustanciará el 10N con los votos a partidos y abstenciones. Adelante, pues, y ¡qué cada palo aguante su vela!
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