Han
pasado 72 años, pero la memoria colectiva consigue que la vida continúe
y siga por la senda que nunca fue abandonada ni arrebatada: la de la
dignidad. Vanos fueron los intentos de quienes querían que la losa del
olvido se impusiera, máxime para los que quisieron vencer y matar. El
tiempo del silencio fue superado, el tiempo del duelo se ha abierto
camino.
Los
esfuerzos de tantos, bien sean de búsqueda de personas desaparecidas,
de excavaciones arqueológicas de fosas comunes, bien sean de
publicaciones sobre la base de la investigación histórica, se están
traduciendo en los resultados esperados y se avanza inexorablemente
hacia el objetivo propuesto: “La Recuperación de la Memoria Histórica”.
Quienes
por su condición y/o prácticas políticas y sociales fueron perseguidos,
humillados, encarcelados o asesinados viven con la certeza de estar
presentes en nuestras vidas, porque nuestras razones impiden el paso a
los defensores del olvido.
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