La
presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, durante su
intervención en la Asamblea sobre el Estado de la Región ha anunciado la
presentación de la Ley de Autoridad del Profesor con el fin de otorgar a
los docentes la condición de autoridad pública y situarlos al mismo
nivel que policías, jueces, u otros cargos públicos. En la práctica se
traducirá en dar más poder a los docentes públicos, y ante las faltas
que se cometan contra ellos en los centros tengan una consideración más
grave y sean perseguidas de oficio desde la Fiscalía. Surge la
propuesta, cuando muchos alumnos y tutores legales de los mismos ven al
docente como una autoridad cuestionable; y ni eso, en algunos casos.
La
educación sin autoridad, sin adulto que autorice progresivamente al
niño/adolescente para ser autor de sí mismo, conforma un inmenso espacio
vacío que es susceptible de llenarse de intereses que son lo contrario
de la libertad. Por ello, es imprescindible que dicho tema sea resuelto
desde edad temprana en el ámbito de la familia; y de no serlo que, al
menos, apoyen a la autoridad educativa que pretende enseñar educando o
educar enseñando para que su alumnado sea libre, se domine. Pues, sin
respaldo social y reconocimiento de la autoridad educativa será
imposible solucionar el problema; eso sí, se judicializará la escuela,
todas las escuelas; y muchas Instituciones verán cuestionada su
autoridad; ¿o ya lo están?
Como
sabemos que la Constitución española dice que: "La educación tendrá por
objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a
los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades
fundamentales"(art.27.2), y constatamos que el valor que a la educación
da la sociedad actual está en crisis, es por lo que se hace necesario
alcanzar un pacto sociopolítico por la educación. Pues, no se trata sólo
de que una parte del profesorado considere que han perdido autoridad
ante alumnos y tutores y reclame el rango de autoridad jurídico-penal,
es mucho más que eso lo que está en juego. Salir de la crisis de
autoridad que construye es salir de la inhumanidad.
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