En
el debate parlamentario sobre la crisis hubo resultados esclarecedores:
quien aún no ha resuelto su liderazgo en su partido se postula como
líder del partido contrario; el ministro de la cartera del mayor
problema no forma parte de la comisión que llevará adelante el diálogo
para alcanzar un pacto contra la crisis, porque, según Corbacho, el
futuro es Pepe Blanco. Hay acuerdo para debatir sobre Afganistán y, tras
el anuncio de Zapatero, se escucha: «Así me gusta!»,
dicho por Bono. La ciudadanía lo esperábamos en el tema anterior, sin
embargo de nuevo vemos frustrada nuestras razonables expectativas de
resucitar a Churchill: el político se convierte en estadista cuando
comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas
elecciones.
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