El PP acepta las bajas como militantes de Bárcenas y Merino porque el sumario del caso Gürtel los sita en la trama de corrupción, pero le parece apropiado que sigan de alta en el Senado y Congreso, respectivamente.
El Tribunal Supremo sentará en el banquillo de los acusados a Garzón por "haber intentado asumir el control de las localizaciones y exhumaciones de cadáveres de víctimas del franquismo".
El Gobierno calla; la prensa internacional considera escandaloso que
Garzón vaya a sentarse en un banquillo debido a una acusación presentada
por los herederos ideológicos de Franco, entre ellos el partido
fascista Falange; y los familiares de las víctimas piden a la justicia
argentina que juzgue los crímenes de Franco.
Álvarez‐Cascos, exvicepresidente popular, declara respecto al caso Gürtel que
hay una camarilla policial dedicada a fabricar pruebas. Fernández de la
Vega, vicepresidenta del Gobierno, le pide que presente prueba o
rectifique.
En la misma semana, puestas patas arriba instituciones básicas del Estado: Senado, Congreso, Tribunal Supremo, Fuerzas de Seguridad.
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