En la última manifestación organizada por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) bajo el lema “Por la derrota del terrorismo: ETA fuera de las elecciones”, los asistentes coreaban: “Zapatero, dimisión”, “Rubalcaba, a prisión”.
Allí estaban líderes del PP: De Cospedal, Gallardón, Mayor Oreja, Ana
Mato, González Pons, Ana Botella, Antonio Basagoiti, etc., y Federico
Trillo bajo la pancarta “Gloria a las víctimas. ZP=ETA. Traidor. Inútil. Dimite ya”.
No estuvo Mariano Rajoy, pero llamó a la presidenta de la AVT (Ángeles Pedraza) para disculpar su ausencia.
Pedraza dice que le contestó: “Aquí cada uno sabe dónde puede y debe estar”, y “quién se ha perdido esto hoy, se ha perdido mucho”. También se dirigió a Rubalcaba: “No aceptaremos otro partido mitad legal, mitad ilegal”, y “todo partido que se preste a servir de vientre de alquiler de ETA sea ilegalizado, se llame EA o como sea”.
Cuando más cerca parece que está el fin de ETA, desarrollan una manifestación donde piden que dimita Zapatero y encarcelen a Rubalcaba. Dichas solicitudes están dirigidas contra el presidente del Gobierno y el ministro del Interior, que son los mayores responsables políticos de la extrema debilidad actual de la organización terrorista.
“Hoy el Gobierno ha dejado solas a las víctimas”, dijo el vicesecretario general de Comunicación del PP, Esteban González Pons, sabiendo que la eficacia contra el terrorismo impide víctimas futuras y da aliento y consuelo a las demás. Bien parece que la contradicción de los conservadores es clara.
Tenemos sobradas muestras de cómo el interés partidario no coincide siempre con el interés general; también tenemos muestras de estar juntos derecha y extrema derecha, pero no revueltos.
Sin embargo, otras veces queda claro que por derrotar al Gobierno prima el interés partidario al general y aparecen juntas y revueltas sendas derechas.
La táctica de juntos y revueltos puede aportarles un puñado de votos, pero perjudica a España que engorden a esa parte.
Días después de la manifestación de AVT, el etarra Antonio Troitiño quedó en libertad porque le fue aplicada la doctrina del doble computo de las penas (Tribunal Constitucional, 2008); según la doctrina Parot (Tribunal Supremo, febrero 2006) habría continuado en la cárcel hasta enero 2017.
Con el objeto, entre otros, de endurecer las penas por delito de terrorismo fue aprobada la reforma del Código Penal el 29 de abril de 2010 en el Congreso; léase: el artículo 58.1 fue modificado, de modo que el tiempo pasado en prisión preventiva solo sea abonado únicamente en la pena efectiva que se aplique por esa causa y no en otras que tenga el reo.
Al día siguiente de la excarcelación de Troitiño, la secretaria general del partido popular, María Dolores de Cospedal, dijo: “la foto de la infamia del etarra Antonio Troitiño brindando con champán en el balcón de su casa es la misma que la que presenta todos los días el señor Rubalcaba cuando se esconde y no quiere responder sobre el chivatazo del caso Faisán”.
A la gravedad de lo que decían algunos en la manifestación se une la indecencia de comparar al ministro del Interior Rubalcaba con el terrorista Troitiño. Dicha barbaridad supera a los que culpan al Gobierno de la libertad del etarra, como si no estuviéramos en un estado de derecho.
Es como si alguien manifestara que Troitiño está en libertad porque el PP se abstuvo en la votación en la que se aprobó la reforma del artículo 58.1 del Código Penal para endurecer las penas a los delitos de terrorismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario