El Periódico Extremadura
Mariano Rajoy |
Sin
embargo, pocos días después, el 29 de diciembre, nos comunicaba su
gobierno que creaban un gravamen complementario para reducción del
déficit público temporal (2012 y 2013) y progresivo (del 0,7% al 7%) en
el impuesto sobre la renta de las personas físicas. (Nos ilustraban con
un ejemplo: para una familia con dos hijos y declaración conjunta con
ingresos de 30.000 euros, el incremento de cuota es 151,81 euros al
año). También comunicaba su gobierno otro gravamen complementario para
las rentas del ahorro en porcentajes que oscilan entre el 2 y 6%.
Lejos queda otro compromiso de Rajoy: "El
Gobierno dará cumplimiento a uno de sus grandes compromisos
electorales: la actualización del poder adquisitivo de las pensiones a
partir del 1 de enero de 2012";
porque su gobierno las ha subido el 1%, siendo la inflación del 2,4%.
Todo ello está en el último BOE de 2011, en forma de Real Decreto-Ley
20/2011 de medidas urgentes en materia presupuestaria, tributaria y
financiera para la corrección del déficit público.
La
coartada de Rajoy es que el Gobierno anterior no había cumplido los
objetivos del déficit, pero Cristóbal Montoro situó la desviación sólo
en tres décimas, 5,1% frente al 4,8%. Rajoy sabía antes de su
investidura que el agujero sobre las previsiones estaba en las CCAA (en
su mayoría gobernadas por el PP) y que era sobre el 8% en lugar del 6%
previsto. En sólo 10 días, el presidente Rajoy ha roto su compromiso
contraído con los españoles el día de su investidura: "Decir siempre la verdad, aunque duela, decir la verdad sin adornos ni excusas, llamar al pan, pan y al vino, vino".
Rajoy
no dijo la verdad antes de las votaciones del 20-N; no dijo la verdad
en su discurso de investidura, y no se ha atrevido a decirla, dar la
cara, tras aprobar el mayor recorte del gasto público de la democracia y
la segunda mayor subida de impuestos de la historia reciente de España.
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