Nosolomérida
Nos aproximamos a la
imagen, voz y palabra del maestro de escuela de primeros de siglo XX cuando
leemos el poema “Recuerdo infantil”
de Antonio Machado: “Con timbre
sonoro y hueco truena el maestro, un anciano mal vestido, enjuto y seco, que
lleva un libro en la mano”.
María Antonia Iglesias, periodista autora de Maestros de la República (2006), muestra maestros de la década de los años 30 en la dedicatoria de su libro: “A todos los maestros republicanos asesinados o represaliados por la dictadura. Y a los jóvenes de hoy. Para que sepan aprender de aquellos fervorosos defensores de la cultura y la libertad, su lección de dignidad y amor a los más humildes. Para que la generaciones del futuro se comprometan a guardar su memoria”. Narra diez historias de maestros ocurridas en las tierras de España, de las que dan testimonio hijos, nietos, amigos y antiguos alumnos (Léase: “Ellos no querían que los maestros enseñaran porque sólo querían resplandecer ellos, y que los pobres nos muriéramos de hambre y que no aprendiéramos nada los pobres”, dice Pastora Palomo, alumna de Carmen Lafuente, maestra de Cantillana (Sevilla) fusilada en julio de 1936).
María Antonia Iglesias, periodista autora de Maestros de la República (2006), muestra maestros de la década de los años 30 en la dedicatoria de su libro: “A todos los maestros republicanos asesinados o represaliados por la dictadura. Y a los jóvenes de hoy. Para que sepan aprender de aquellos fervorosos defensores de la cultura y la libertad, su lección de dignidad y amor a los más humildes. Para que la generaciones del futuro se comprometan a guardar su memoria”. Narra diez historias de maestros ocurridas en las tierras de España, de las que dan testimonio hijos, nietos, amigos y antiguos alumnos (Léase: “Ellos no querían que los maestros enseñaran porque sólo querían resplandecer ellos, y que los pobres nos muriéramos de hambre y que no aprendiéramos nada los pobres”, dice Pastora Palomo, alumna de Carmen Lafuente, maestra de Cantillana (Sevilla) fusilada en julio de 1936).
En la década de los años 70 JM Serrat nos da otra semblanza de ellos en la canción a su maestra Conchita: “Erase una vez... usted, maestra, y su mundo de tintero y banco, pizarra y delantal blanco… Y si alguna vez piensa en mí, maestra, que de sus ojillos azules nazca siempre aquella paz que me hacía un poco más dulce la escuela (…) no es lo mismo su olor, ¡ay! maestra, que el aire de la calle”. En fin, Machado, Iglesias y Serrat muestran semblanzas de maestros de entonces, de aquellos tiempos., en los que el maestro era fuente de conocimiento.
Después, con Internet,
boom inmobiliario, etc., cambiaron tantas cosas. Poco más que todos maestros, la información entendida
como conocimiento, y pérdida acelerada del valor de la institución de la
escuela. Recientemente sobre los maestros: incremento de la ratio de alumnos
por aula, soluciones
titulacionales extremeñas (Plan Específico de Formación de la Junta de Extremadura para
desempleados entre 18 y 25 años que no tengan la Educación Secundaria
Obligatoria, con dación de 1.000 euros a cada graduado) y la extra farol de Monago. Y próximamente, previsibles modificaciones
sobre la ley de jubilaciones y “las pruebas deberán ser realizadas
por las respectivas Administraciones educativas en el centro educativo en el
que el alumno curse estudios, y aplicadas y calificadas por especialistas
externos al centro” (artículo 21.3 del Anteproyecto de Ley para la Mejora
de la Calidad Educativa(LOMCE) del ministro Wert). En fin, ahora, en estos tiempos, pues eso: los maestros agradecen a los serrat(s) de las tierras de España su consideración, cariño
y respeto.