Estamos de cumpleaños por las tierras de España. Gobiernos locales, autonómicos y nacionales dispuestos a colocar piñatas por doquier.
A la cabeza las piñatas del Gobierno de Rajoy. El BOE del próximo lunes atenderá una “reivindicación” de los profesionales del sector que pedían la eliminación de las tasas judiciales a las personas físicas. A las razones económicas para tal supresión que señaló el ministro de Justicia, Rafael Catalá, se une la justificación política que dio: “Yo creo que es lo lógico, cualquier política pública que se aprueba por un gobierno: se implanta, se evalúa el impacto, y una vez que se evalúa el impacto o bien se continúa en su aplicación o se modifica. Eso es normal desempeño de las cosas y de la actuación de cualquier gobierno, y eso es lo que hemos hecho”. Rectificación sí, dos años después de aquella huelga de jueces, magistrados y fiscales.
Otra piñata del Gobierno de Rajoy. La de la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, que ha reducido de 35 a 20 las peonadas necesarias para acceder a la prestación del subsidio agrario y renta agraria por parte de los trabajadores y trabajadoras eventuales del campo. En tiempo record, Báñez ha tenido en cuenta la reivindicación de los agentes sociales y ha previsto el impacto que para los ciudadanos afectados tendría no rectificar, porque en noviembre en el Senado el PP rechazó una moción del PSOE que pedía dicha reducción.
La piñata autonómica es sobresaliente y única, si damos por buena la muestra del Gobierno de Monago. Lo es, porque en ella hay para todos y desde hace casi cuatro años. Tiene nombre puesto por el poder “HACEMOS”. Y otro puesto por Tomás Martín Tamayo: “Atar perros con longanizas”. No hay color entre los dos nombres.
Es una lástima que el ministro Catalá no hubiera desempeñado la cartera de Educación, Cultura y Deportes. Seguramente habría atendido las reivindicaciones de los profesionales de la enseñanza y habría evitado los terribles impactos de la LOMCE. Más aún, evitaría el decreto que acorta las carreras universitarias porque escucharía a los profesionales y valoraría el impacto que ocasionará a estudiantes y familias. ¡Y cuanto dolor habría evitado si hubiera ocupado la cartera de Sanidad!.
Sabemos que no, que habría dado igual Catalá que Wert, Catalá que Mato. También sabemos que todas son piñatas 2015, piñatas electorales. A nosotros nos toca deshacer mentiras, marketing y demagogia. ¡Qué se coman sus piñatas!
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