Ada Colau y Manuela Carmena |
“Después de 10 años he recuperado la ilusión por la política, gracias a Podemos”, es lo que anoche me reiteraba un veterano en estas lides y ex alto cargo de la Junta de Extremadura. Minutos antes había terminado el acto de cierre de campaña de dicha organización y del partido instrumental con el que concurre a las municipales de Mérida. El veterano político, Fernando, desde su condición de militante de las juventudes socialistas, rememoraba como fue casi todo en los inicios de los años 80. Lo hacía para justificar las incorrecciones, inexactitudes y fallos organizativos a nivel local de los que ahora abanderan el cambio. A la vez mostraba esperanza por la conjunción de las izquierdas sobre la base, de partida, de todo aquello en lo que sí están de acuerdo. Estaba explicitando el mensaje que estos días traslada el expresidente José Mujica a Manuela Carmena y a Ada Colau.
“Tenemos en proyecto escuela para los entornos Campamento Dignidad”, me refirió al terminar el acto un exparlamentario de Izquierda Unida y activista de los citados campamentos. Seguramente la propuesta de Manuel tendrá muchas concomitancias con la pedagogía que Paolo Freire desarrolló en Brasil. Este político es incombustible y ejemplo vivo de ilusiones y esperanzas no perdidas. Con él estaban allí, y él estaba con ellos, coreando “Sí se puede”.
“¿Qué resultado tendremos en las urnas locales porque en los actos públicos, asambleas, no veo tanta gente como al principio?”, me preguntaba una señora mayor poco antes de iniciarse el citado acto.
Los temores de María, en lo que a resultados tangibles
se refiere, estarán inicialmente despejados el lunes 25. Otra cosa es la conciencia
política del pueblo, empoderamiento, esa escuela que nos hace más libres y autocríticos.
Ahí no cabe la menor duda: tiempo y maestros y maestras de los que obras son
amores.
Antes de las vivencias referidas, debatir y debatir sobre apartados del programa electoral, doblar trípticos, meter papeletas de votación en los sobres, llamar a los portales para embuzonar, etc., rodeado de tantos jóvenes, y otros no tanto, nos sitúa ante tiempo de ilusión y esperanza.
Antes de las vivencias referidas, debatir y debatir sobre apartados del programa electoral, doblar trípticos, meter papeletas de votación en los sobres, llamar a los portales para embuzonar, etc., rodeado de tantos jóvenes, y otros no tanto, nos sitúa ante tiempo de ilusión y esperanza.
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