El orgullo de Mariano Rajoy está herido porque la canciller alemana, Angela Merkel, ha venido a España a ponernos los deberes. "No me gusta que desde fuera me digan lo que tengo que hacer",
ha dicho el presidente del Partido Popular. Aunque no ha precisado qué
deberes nuevos no le gustan, presuponemos que se refiere a los
económicos.
Seguramente la memoria de Mariano Rajoy no tiene registrada como
deberes
mandados desde fuera la ilegal invasión de Irak que José María Aznar
realizó, porque de lo contrario no habría dicho ahora: "A nosotros no
nos pusieron deberes estando en el Gobierno". También podría darse el
caso que lo tenga escrito en su cuaderno como viejos deberes mandados
desde fuera, pero que no entienda su propia letra.
Lo
cierto es que los nuevos deberes pretenden, entre otros objetivos,
evitar una catástrofe en el sistema de pensiones público y solidario.
Estamos hablando del Acuerdo Social y Económico firmado por CCOO, UGT,
CEOE, CEPYME y Gobierno, y que ha sido valorado positivamente por el
presidente de la Unión Europea, Van Rompuy, por Nicolás Sarkozy y por la
propia Angela Merkel. Ya notamos la falta de presión: ese run, run,
diario de los mercados-
Por
el contrario, referir viejos deberes es señalar una catástrofe humana
con cientos de miles de iraquíes muertos por una guerra ilegal. Guerra
sobre la que el Partido Popular cerró filas con José María Aznar, salvo
contadas excepciones (Mariano Rajoy no fue una), mientras que los
dirigentes de México, Vicente Fox, y Chile, Ricardo Lagos, dijeron no a
esos deberes de fuera.
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