Según avanza la investigación judicial sobre el caso Gürtel ,
todo indica que estamos ante un presunto caso claro de financiación
ilegal del Partido Popular. Puede llegar a ser una de esas razones que
los analistas políticos califican como imprevistas y determinantes para alterar los resultados electorales que las encuestas indican a priori.
Dos
formas, al menos, suelen utilizarse para torcer esa razón determinante.
Una, actuar sobre la enfermedad con diligencia y depurar
responsabilidades (caiga quien caiga); dos, cargar contra todo tipo de
mensajeros sobre los hechos presuntamente ilegales (jueces, policías,
medios de comunicación), así como contra el adversario político.
Encontrar una situación que se le parezca en algo a la propia, se convierte en tarea principal. De conseguirlo, ilegales todos pasa a ser el mensaje reiteradamente dirigido a la ciudadanía. Poco les importa que se ahoguen los dos con la táctica de y tú también; lo relevante es que secan el lago de la confianza con esa táctica letal contra la democracia.
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