En
enero de 2004 Josep Lluís Carod-Rovira, líder de Esquerra Republicana
de Cataluña (ERC), mantuvo una reunión secreta con dos líderes de ETA en
Perpiñán. La noticia fue publicada en el diario ABC (Carod acusó al entonces presidente Aznar de la filtración) y provocó ataques furibundos contra Carod y ERC.
Dos
meses después se celebraron elecciones generales; ERC decidió que su
líder encabezara su candidatura para que los votantes decidieran si
respaldaban o no la actuación de Carod y que el eslogan de la campaña
fuera "Hablando se entiende la gente".
ERC, que nunca había conseguido más de un diputado en el Congreso,
obtuvo ocho aquel 14 de marzo de 2004; pasó de 194.715 a 652.196 votos.
El
5 de mayo de 2011 el Pleno del Tribunal Constitucional revocó la
anulación de las 254 listas de Bildu por la Sala Especial del Tribunal
Supremo y autorizó la concurrencia de la coalición a las elecciones del
próximo 22 de mayo. La sentencia ha provocado desenfrenados ataques, que
han sido incrementados a raíz de la fotografía del etarra Andrés
Errandonea Arruti que, nada más salir de prisión, con una pancarta pide
el voto para Bildu.
Los
ataques mediáticos y políticos engordaron los resultados electorales de
ERC en 2004; por el mismo camino van los actualmente dirigidos contra
Bildu. Basta con recoger impresiones sobre el terreno de las
expectativas de la coalición. Los resultados de Bildu del 22 de mayo
serán la antesala de los que vendrán en las generales de 2012. Quienes
desde la derecha y extrema derecha les están haciendo la campaña ya
pueden anotar en su propio debe esos resultados. Son esas sombras
peligrosas que ennegrecen los previstos excelentes resultados.
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