lunes, 29 de diciembre de 2008

Credibilidad y ética política.

Voz emérita
Ángel Calle, alcalde de Mérida
El Boletín Provincial de Badajoz de 19 de diciembre recoge las cuantías de los complementos salariales que percibirán los trabajadores del Ayuntamiento de Mérida en 2009; unos tendrán un complemento mensual de 2.350 euros; otros de 180 euros. Comparados, resulta que un jardinero percibirá el 7,6% de complemento con respecto al director técnico de urbanismo. Para un músico de la banda municipal la equivalencia es del 7,5%, pues su complemento mensual será de 177 euros.

La responsabilidad de quien tiene que atender el diseño urbanístico, la protección del patrimonio artístico, etcétera, no es semejante a la de quien siembra, abona, riega, etcétera, los parques y jardines de la ciudad; tampoco es semejante a la de quien anima con música los actos sublimes, que con procesión o sin ella se desarrollan a lo largo del año. Seguramente nadie discutirá que sobre la base de la diferente responsabilidad, la compensación vía complemento debe ser desigual. Otra cosa es ponerle cuantía a la diferencia de forma razonable; máxime si quienes tienen la responsabilidad de aprobar la medida política vienen de la escuela de: “cada uno según sus capacidades, a cada uno según sus necesidades”. Además, lo relevante es que quienes toman la decisión lo hacen a sabiendas de que es la autoridad social quien resuelve esta cuestión por principios generales.

Sean tiempos de crisis o no, dure la controversia más o menos días, no estamos para mantener políticos que en poco tiempo dilapidan valores que marcaron una nítida diferencia entre unos y otros colores. Primero, porque ese patrimonio es de los unos desde hace siglos; segundo, porque se va instalando algo muy peligroso, y que corre de boca en boca: “son todos iguales y van a lo mismo”. Y, aunque ellos duren poco, recuperar la credibilidad y la ética política costará mucho tiempo, salvo que rectifiquen pronto y en muchos campos.

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