domingo, 5 de abril de 2009

Hipocresía política.

Diario HOY
Garzón y Bermejo
Rajoy exigió la recusación del juez Garzón, la comparecencia de Bermejo y Zapatero en el Congreso y la dimisión del ministro, porque habían coincidido Bermejo y Garzón en una cacería al inicio del caso Gürtel. Lo pedía «en nombre de la credibilidad», ya que la cacería era algo obsceno, que liquidaba la calidad de la democracia y era «inaceptable en un país como el nuestro». Y sobre el caso Gürtel añadió: «Esto no es una trama del PP, es una trama contra el PP. Haremos lo que esté en nuestras manos para que nadie manche la imagen de nuestro partido». El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), Francisco Javier Vieira, almorzó en el reservado del restaurante Solchaga (Madrid) con el consejero de Presidencia y Justicia y secretario general del PP en la Comunidad de Madrid, Francisco Granados. Justo un día antes de que en un auto, cuyo ponente fue Viera, el TSJM acordara asumir la investigación del caso Gürtel, que aborda la presunta corrupción de personas vinculadas al PP y aparecen imputados tres diputados autonómicos y otros tantos alcaldes de dicho partido. Además, si el caso llega a juicio como parece previsible, Vieira presidirá el tribunal juzgador. Los hechos, cacería y almuerzo, son básicamente semejantes, tanto por la relevancia de los comensales como por la cercanía del inicio de la respectiva actuación judicial. Rajoy, por coherencia, está obligado a no mirar para otro lado, pues las pruebas del algodón ante quienes manchan la imagen de su propio partido resultan presuntamente positivas. Si no reacciona, Míster Propet se lo llevará también a él.

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