lunes, 27 de abril de 2009

Hipocresía política.

Voz emérita
Vieira y Granados
Rajoy exigió la recusación del juez Garzón, la comparecencia de Bermejo y Zapatero en el Congreso y la dimisión del ministro, porque habían coincidido Bermejo y Garzón en una cacería en Andújar al inicio del caso Gürtel; era febrero de 2009.

Dijo que lo pedía “en nombre de la credibilidad, ya que la cacería era algo obsceno, que liquidaba la calidad de la democracia y era inaceptable”; y sobre el caso Gürtel añadió: “esto no es una trama del PP, es una trama contra el PP”.

Recientemente el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), Francisco Javier Vieira, almorzó en el reservado del restaurante Solchaga (Madrid) con el consejero de Presidencia y Justicia y secretario general del PP en Madrid, Francisco Granados. Justo un día antes de que en un auto, cuyo ponente fue Viera, el TSJM acordara asumir la investigación del caso Gürtel. Además, si el caso llega a juicio como parece previsible, Vieira presidirá el tribunal juzgador.

Los hechos, cacería y almuerzo, son básicamente semejantes, tanto por la relevancia de los comensales como por la cercanía del inicio de la respectiva actuación judicial. Rajoy, por coherencia, está obligado a no mirar para otro lado, pues las pruebas del algodón ante quienes manchan la imagen de su propio partido resultan presuntamente positivas. Si no reacciona, Mister Propet se lo llevará también a él.

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