domingo, 8 de noviembre de 2009

Más que desilusión política.

Extremadura al día
Jordi Pujol
Los dirigentes políticos españoles eran un referente social hasta hace poco tiempo. Ahora, la última encuesta del CIS nos indica que, salvo contadas excepciones, están dejando de serlo.

Se incrementa de forma imparable el número de ciudadanos que los considera un lastre, un problema. Las prácticas corruptas están laminando la confianza de la que fueron depositarios en su día, y el interés partidario que muestran en la resolución de los problemas generales profundiza la desafección política.

La desvergüenza ante la corrupción es tal, que el ex presidente Pujol recomienda mirar para otro lado, pues "todos haríamos un poco de hedor".

Eso sí, mientras tanto cobran salarios dignos por su trabajo: alcalde de Badajoz, 73.500 € anuales; de Mérida, 65.144 €; de Madrid, 119.985 €; de Barcelona, 125.194 €; diputados liberados de la Asamblea, 47.335 €; consejeros municipales y concejales liberados del Ayuntamiento de Mérida, 41.578 €; presidente Vara, 64.295 €; Zapatero, 91.982 €; Aguirre, 98.700 €; Montilla, 164.043 €. Tantas esperanzas depositadas en la democracia, y de nuevo se abre paso la monotonía de la lluvia en los cristales en la tarde parda y fría de invierno. Y no son recuerdos de infancia para los jóvenes que contestan al CIS.

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