miércoles, 4 de enero de 2012

Rajoy, ni al pan, pan y ni al vino, vino.

El Periódico Extremadura
Mariano Rajoy
Mariano Rajoy durante el debate de investidura del pasado 19 de diciembre dijo: "yo tengo que decir que mi intención es no subir los impuestos porque creo que en un momento como este no me parece lo más razonable". Esa misma posición política manifestó cuatro días antes de las votaciones del 20-N: "Yo no voy a subir los impuestos, no".

Sin embargo, pocos días después, el 29 de diciembre, nos comunicaba su gobierno que creaban un gravamen complementario para reducción del déficit público temporal (2012 y 2013) y progresivo (del 0,7% al 7%) en el impuesto sobre la renta de las personas físicas. (Nos ilustraban con un ejemplo: para una familia con dos hijos y declaración conjunta con ingresos de 30.000 euros, el incremento de cuota es 151,81 euros al año). También comunicaba su gobierno otro gravamen complementario para las rentas del ahorro en porcentajes que oscilan entre el 2 y 6%.

Lejos queda otro compromiso de Rajoy: "El Gobierno dará cumplimiento a uno de sus grandes compromisos electorales: la actualización del poder adquisitivo de las pensiones a partir del 1 de enero de 2012"; porque su gobierno las ha subido el 1%, siendo la inflación del 2,4%. Todo ello está en el último BOE de 2011, en forma de Real Decreto-Ley 20/2011 de medidas urgentes en materia presupuestaria, tributaria y financiera para la corrección del déficit público.

La coartada de Rajoy es que el Gobierno anterior no había cumplido los objetivos del déficit, pero Cristóbal Montoro situó la desviación sólo en tres décimas, 5,1% frente al 4,8%. Rajoy sabía antes de su investidura que el agujero sobre las previsiones estaba en las CCAA (en su mayoría gobernadas por el PP) y que era sobre el 8% en lugar del 6% previsto. En sólo 10 días, el presidente Rajoy ha roto su compromiso contraído con los españoles el día de su investidura: "Decir siempre la verdad, aunque duela, decir la verdad sin adornos ni excusas, llamar al pan, pan y al vino, vino".

Rajoy no dijo la verdad antes de las votaciones del 20-N; no dijo la verdad en su discurso de investidura, y no se ha atrevido a decirla, dar la cara, tras aprobar el mayor recorte del gasto público de la democracia y la segunda mayor subida de impuestos de la historia reciente de España.

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