domingo, 6 de abril de 2008

Mariano, el problema son los trabajadores.

Diario HOY
Mariano Fernández Bermejo
Hace bastantes años, en un interesante debate televisado Nicolás Redondo en calidad de secretario general de la UGT, le dijo a Carlos Solchaga, entonces ministro de Economía y Hacienda: "Tu problema son los trabajadores". Ahora son los trabajadores de Justicia un problema para el ministro Mariano Fernández Bermejo.

Somos muchos los que estamos siguiendo con interés el desarrollo de los últimos acontecimientos: referéndum democrático que rechaza el preacuerdo suscrito entre los representantes sindicales y la administración; ministro que denuncia que quienes no secundan la huelga no han podido votar y que el referéndum era para la aprobación de lo pactado, no para su rechazo; Zapatero lamenta que los funcionarios "no validaran el acuerdo que ya se había alcanzado con los representantes sindicales"; los sindicatos replican a Bermejo que en el referéndum votó todo el mundo y le instan a demostrar su denuncia de fraude; un sindicato anuncia que desconvocará la huelga si el Gobierno se compromete a abrir una negociación seria en 48 horas; otro manifiesta que "intentaremos convencer a los compañeros de Justicia para que se mantengan en la plataforma porque la voluntad de ellos es continuar pese a la decisión que por encima de ellos haya tomado la dirección del sindicato" y otros actores entran en el debate: "Las pretensiones de los trabajadores son justas, pero tiene que prevalecer el derecho de los ciudadanos; ellos no pueden perder sus derechos".

Como trabajador que desde fuera sigo el conflicto quisiera hacer llegar mi valoración: referéndum limpio y rechazo rotundo al preacuerdo; la pretensión ministerial de que los "esquiroles" sean decisivos en el resultado de la consulta supone un insulto tanto para los que luchan como para la historia del movimiento obrero; defender que la ciudadanía da carta blanca a sus representantes legítimos para acordar según estimen, era el manido discurso empleado para validar la intervención en la guerra de Irak. Discurso que siempre contó con "palmeros" que el tiempo ha puesto en su sitio, aunque como ahora esgrimieran razones de Estado: paz, interés general, etc. Que los esfuerzos no siempre se traducen en resultados es algo que suele ocurrir, pero que sin esfuerzos no hay avances es una certeza. Adelante compañeros, siempre adelante por la dignificación.

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