martes, 23 de octubre de 2012

Hartos, pero no necios

El Periódico Extremadura:"La tribuna del martes"
Manifiestación en Cáceres, junio 2012
El pasado miércoles se desarrollaron muchas movilizaciones estudiantiles en España.

La normalidad fue la tónica general en el desarrollo de las mismas. Sin embargo, un incidente en el colegio Salesianos de Mérida se convirtió en la noticia central. Varios medios de comunicación difundieron versiones que retrataban un escenario pre-golpe de Estado de 1936. Asaltan un colegio al grito de "donde están los curas que los vamos a quemar", era el falso titular de uno de ellos. Eran voces que pretendían que las razones de quienes convocaron y apoyaron las movilizaciones pasaran a segunda categoría, pero sus bulos han quedado en evidencia.

Mariano Rajoy nos dijo antes de la cumbre del Consejo Europeo que para España era urgente la recapitalización directa con fondos europeos de nuestros bancos, así como la supervisión bancaria por el Banco Central Europeo. Todo ello sobre la base del acuerdo de la anterior cumbre de junio: "entrada en vigor en enero de 2013 de la unión bancaria y la supervisión conjunta de los 6.000 bancos y cajas europeas". Una vez que la canciller alemana, Angela Merkel , con el apoyo de Holanda y Finlandia, ha impuesto retrasar la recapitalización de los bancos hasta, al menos, 2014, nos dice Rajoy que de rescate: "nada de nada".

Todos conocemos los recortes que el sistema educativo español está sufriendo, y como se ufana el ministro Wert en convencernos de: "No porque un gobierno invierta más en educación tendrá mejores alumnos o trabajadores más productivos". Sabemos que España necesita miles de millones para sanear el sector financiero sin que repercuta en la deuda. También sabemos que Merkel en esta cumbre, pues a su quehacer partidario porque tiene elecciones en septiembre (Rajoy actuó de forma similar cuando retrasó medidas ante las elecciones andaluzas). Estamos hartos de determinadas políticas y de muchos políticos como para que encima algunos nos traten como a necios que miran al dedo cuando la realidad nos señala la luna.

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